Después del 8-M ¡Unidad siempre!

Si podemos sacar una conclusión después del 8-M es que la calle impone la unidad. Algunos dicen que “supera la división” pero las diferencias son normales, inevitables e incluso sanas. La discrepancia o los diferentes puntos de vista no deben crear división o enfrentamiento de por sí  en un organismo vivo. Y el feminismo desde luego lo es. No lo habrá si partimos de lo que nos une para tratar de superar las diferencias, ya sea en torno a la ley GTBI, trans, o de Garantía Sexual (el “solo sí es si”). Si partimos de eso y de todo lo conquistado, unidas somos invencibles.

(Aviso: voy a seguir seria porque para tonterías tenéis las páginas siguientes que se ha pedido el Sauron).

Bien, y después de esa certeza me surgen algunas dudas:

¿De verdad no se puede reformar la ley manteniendo el blindaje del consentimiento, una piedra angular, en lugar de diluirla en la nueva redacción, que vuelve a definiciones anteriores menos garantistas?

¿De verdad no se puede simplemente reajustar la horquilla de penas propuestas para evitar los efectos indeseados de rebajas a los delincuentes sexuales?

¿De verdad no se puede resolver la cuestión con una simple disposición transitoria que evite ciertas interpretaciones por parte de los jueces? Porque las leyes no se aplican solas y no deja de llamar la atención que la judicatura, que se lanza ahora a revisar (y rebajar) las condenas, en contra de las recomendaciones de la Fiscalía y el sentido común, está en un 80% integrada por jueces ultraconservadores y en un 30% por miembros del Opus Dei. Y parece que su actuación tiene más que ver con acorralar al gobierno y crear enfrentamiento en su seno y con la sociedad que en aplicar las leyes. Han salido del mismo cesto de los que no hace tanto impedían que las mujeres pudieran conducir, tener cuenta bancaria, divorciarse, o defendían que la violencia del marido contra la mujer no era delito. Demasiado sospechoso…

Las gentes con mando en plaza deberían pensar más en lo mucho que nos jugamos y menos en marcar paquete o sobreactuar de cara a las elecciones. Eso es lo que os hemos dicho el 8-M en las calles.

“Paseíllo” de presas torturadas por el franquismo en 1940.
No olvidéis que muchos todavía lo aplauden en el Congreso.

Represaliadas por el franquismo

«Los nuestros hace mucho que organizaban manifestaciones de mujeres».
S. Abascal.

«Sí, y además el flequillo batasuno lo inventó mi abuelo Eugenio,
el carnicero de Madrid
».

I. Espinos de los Monteros, entre risotadas y rascada de huevos.