
Dos años de pandemia
p’habernos matao
Entrevistamos a Fernán Don Simón, el sustituto de Fernando Simón, el director de las pandemias y esas cosas. Don Simón es Doctor en Filosofía, actor del método Stradivarius y era malabarista en la rotonda de la estación de Serrería hasta que lo reclutó Sanidad. El auténtico Fernando Simón falleció al principio de la pandemia, atacado por unas almendras asesinas, y el ministerio lo sustituyó por este doble. «Queríamos contratar a José Luis Moreno pero al parecer está descatalogado en Picassent –ha dicho la ministra–.
LP: ¿Así que el auténtico Fernando Simón la palmó por unas almendritas?…
FDS: Sí, jaja, la broma de la almendra en directo fue mía, fue mi primera aparición. Él ya era fiambre desde la semana anterior. Se atrangantó en los camerinos y allí se quedó el pobre, que lo encontraron tó pajarico él.
LP: Dijo la ministra que no hay mal que por bien no venga, que Vd. lo hace mucho mejor.
FDS: Bueno, yo lo he hecho como el culo pero es que peor que él era imposible. Lo de «las mascarillas no sirven para nada» o lo de «en España no habrá más de cinco o seis casos» era suyo. Con esos mimbres, bombeja Agustinet. Era nivel Ayuso con lo de «en el metro no se contagia nadie porque la gente no viaja abrazada».
En cambio, lo de «lo difícil no es doblegar la curva, lo difícil es aplanar la recta», eso sí es mío. Me apetecía soltar una marianada. Todavía hay físicos teóricos y tertulianos “expertos en pandemias” debatiendo sobre el tema.
LP: ¿La pandemia es tan grave como dicen?
FDS: ¡Pues claro! Pero antes hay tres cuestiones sobre las que reflexionar.
La primera es que numerosos estudios llevaban años alertando sobre la probable aparición de una enfermedad pandémica grave, sobre todo tras la peste porcina (que ha vuelto a aparecer en Italia, por cierto), la gripe aviar o la enfermedad de las “vacas locas” entre otras, relacionadas con la proliferación de las “macrogranjas”, de triste actualidad. ¿Para qué inventarte o “fabricar en laboratorio” una pandemia si su aparición es casi inevitable y se venía temiendo desde hace años? Dale tiempo… Lo digo sobre todo por algunos flipaos. Lo increíble es la falta de preparación y de responsabilidad de las autoridades sanitarias, la OMS, etc. Y de cada país en muchos casos, por supuesto.
La segunda es que hay que tomar con pinzas los datos, las gráficas y estadísticas con que nos bombardean.
Es sorprendente que en los momentos en que no había ni pruebas, ni mascarillas ni autopsias, se dieran datos tan “exactos”. Y es un tanto sospechoso que se pasara alegremente del concepto “fallecido con covid” a “fallecido por covid”, que como sabemos nada tiene que ver. O si me apuras, al de “fallecido por covid con patologías previas”. Un fallecido por cáncer de próstata pasó a ser una víctima del virus con solo dar positivo o, peor aún, con solo tener “síntomas compatibles con el Covid”. Aplicar conceptos tan fantasiosos entre avalanchas de datos difícilmente contrastables no ayudó mucho a tranquilizar a la gente. Pero como hago de Don Simón, eso no lo puedo decir.
Y la tercera, es que el Covid ha sido la enfermedad, y gravísima, pero la mayor pandemia han sido los recortes en Sanidad, especialmente en atención primaria, y los protocolos de atención en residencias, una decisión política mezquina que ha llevado a la muerte a decenas de miles de mayores y de lo que nadie se hace responsable.
Que en la primera ola el 40% de todos los ancianos fallecidos en residencias fuera en Cataluña y Madrid, donde se han perpetrado los mayores recortes y donde se aplicó un protocolo que les negó la atención sanitaria, los encerró y prohibió las visitas de los familiares, no ayudó mucho a reducir las muertes, que digamos. Si los encierras en sus habitaciones bajo llave y les niegas la atención sanitaria, no los derivas a los hospitales ni medicalizas las residencias y les dejas morir, decir luego que “han muerto por Covid” además de falso, es miserable y criminal. Fue un auténtico geronticidio.
Y eso sin contar los fallecimiento en los próximos años por el retraso en el diagnóstico y tratamiento de enfermedades∫, cáncer, cardiovasculares, el aplazamiento de operaciones quirúrgicas, etc. Aunque se diga que son consecuencias indirectas de la pandemia, en realidad lo son de los recortes, de la falta de medios y∫ de contratación de personal sanitario en condiciones.
Los recortes matan más que el virus.
«La verdadera pandemia han sido los recortes en Sanidad
y las masacres en las residencias de ancianos».
LP: ¿Podemos decir que el peligro ya ha pasado?
FDS: No. La evolución lógica de este virus es que las nuevas variantes sean más contagiosas y menos agresivas, pero no necesariamente. Y mientras no exista vacunación global el peligro sigue ahí. Ten en cuenta que la mayoría de países africanos tienen menos del 10% de la población vacunada. Si quieres saber por qué, pregúntale a la OMS y a la Big Pharma…
De todas formas, aparecerán nuevos brotes pandémicos. Es inevitable. Las macrogranjas, la pérdida de biodiversidad y la conectividad global llevan a eso. Esperemos que además de enriquecer a las farmacéuticas, que es a lo que ha llevado la nefasta gestión de esta crisis, los gobiernos tomen buena nota, empezando por reforzar los sistemas sanitarios públicos y por liberar las patentes de las vacunas, que por cierto hemos pagado entre todos.